Obtención de bienes y servicios energéticos, llevando a cabo acciones que permitan obtener los mismos resultados con el uso de menos energía, manteniendo la misma o mayor calidad, menos contaminación y a un precio inferior al actual.
Energía total que requiere una vivienda para alcanzar y conservar ciertas condiciones de confort en su interior Esta demanda está condicionada por las características físicas de la construcción, su uso, orientación respecto a la incidencia solar y la zona climática en la que se encuentre.
Es la energía procedente de fuentes no renovables (combustibles fósiles como petróleo, carbón o gas) que consume la vivienda y de la que dependen las facturas de luz y gas Se mide en kWh/m 2 año.
Emisiones que genera una vivienda en función del consumo de energía primaria, pudiendo ser renovable o no renovable, por lo que en función del tipo de energía empleada, serán más altas o bajas Se mide en kgCO 2 /m 2 año.
Informe redactado y firmado por una empresa cualificada o un técnico competente que incluye la información objetiva de las características energéticas del inmueble, indicando la calificación energética del mismo y el consumo de energía primaria que sería necesario transformar para satisfacer sus necesidades energéticas.
Documento cuyo formato se encuentra reglado, que recoge la calificación resultante del certificado de eficiencia energética, tras su registro en la Consejería de Industria de la Comunidad Autónoma Es obligatoria su obtención e incluso su exhibición cuando se trate de edificios que presten servicios públicos.
La calificación energética evalúa las necesidades del inmueble, tanto en términos de energía primaria necesaria para satisfacer los consumos del edificio, como en emisiones nocivas a la atmósfera, estas últimas centradas en las de dióxido de carbono (CO 2 No existe unificación a nivel europeo en cuanto a una escala común, por lo que cada país establece su propia evaluación En España la escala de eficiencia energética abarca desde la letra A (la mejor), a la letra G Actualmente la calificación que se refleja en la etiqueta energética es la correspondiente a las emisiones de CO 2 si bien es probable que, en un futuro cercano, ambos indicadores se reflejen en la misma.
Aquellas instalaciones en el que se intercambia energía para elevar o disminuir la temperatura de la vivienda, (calefacción, ref rigeración y agua caliente).
Es el agua caliente destinada al consumo humano y es utilizada para usos sanitarios y de limpieza (baños, ducha, fregaderos, lav adora, etc).
Pueden ser calderas atmosféricas con una cámara de combustión abierta, que obtienen el aire para del mismo recinto donde están instaladas No están actualmente permitidas ya que parte de los gases que se emitían en la combustión se quedaban en el aire de las viviendas o calderas estancas con una cámara de combustión cerrada, que obtienen el aire del exterior, vertiendo los humos al exterior.
Son calderas estancas (cámara cerrada) pero con la ventaja de aprovechar el calor que sale por la chimenea en las calderas tradicionales Esto supone un ahorro en el consumo de gas al aumentar el rendimiento de la caldera.
Sistemas de calefacción y/o refrigeración, que obtienen energía en forma de calor y la transforman, permitiendo reducir o aumentar la temperatura de las viviendas de una forma eficiente ya que suministra más energía de la que utiliza para su funcionamiento, llegando a producir ahorros frente a un sistema de calentamiento tradicional como gas o electricidad.
Sistema de climatización que permite, mediante el intercambio de calor, obtener energía del aire para convertirla en calefacción, refrigeración o agua caliente sanitaria (ACS).
